-Me
han destinado a Arika a suministrar a los hospitales la vacuna contra
el Evo, partiré mañana por la
mañana enhorabuena por conseguir la cura Cristian- -Dijo Daniel- -No
me des las gracias a mi dáselas a todos los que han trabajado en
ella para hacer posible el fin de esta epidemia y ten mucho cuidado
por allí no queremos tener que verte a través de una mampara de
cristal. -Dije- -Tranquilo no pasará nada, os traeré algún
recuerdo cuando vuelva. -Dijo Daniel-. -¡Buen viaje!- -Exclamó
Guillermo- A la mañana siguiente, antes de que Guillermo y yo nos
despertáramos Daniel se encontraba ya en el avión. -¿Donde tenemos
previsto pasar estas semanas? -Preguntó Daniel al Coronel Allen- -Vamos
a asentarnos en una base al noroeste de Arika, un lugar seguro desde
el que dirigiremos las operaciones de reparto de víveres y el
abastecimiento de los hospitales con las vacunas. -Contestó el
Coronel Allen-. Cuando llegaron a la base militar descargaron todo el
equipaje y se instalaron en sus alojamientos temporales. Daniel
estaba charlando con sus compañeros de habitación cuando se escuchó
por los altavoces: Les habla el coronel Allen, ejercito de
tierra y aire de Tames preséntese en el patio exterior
dentro de 10 minutos. Una vez nos hallamos todos en él el
coronel Allen y el resto de los instructores nos explicaron el
cometido que teníamos cada uno. -Ejercito
de tierra de Tames, vosotros iréis en el camión junto con las
vacunas hasta el hospital Rames que se encuentra a unos 80 km de esta
base, ejercito del aire, vosotros haréis un rodeo sobrevolando los
puntos mas críticos marcados en vuestra carta de navegación
mientras lanzáis los víveres a la población. Una cosa mas,
ejercito de tierra, debéis equiparos con estos trajes para evitar
cualquier posible contaminación en vuestra misión, no mantengáis
contacto con ninguna persona ajena al personal del hospital. No tengo
nada mas que deciros, ¡en marcha soldados! -Dijo Allen- Mientras
estaban de camino al hospital pudieron observar la desolación que
había causado el Evo en aquel país, no había casi gente por las
calles, algunos cuerpos yacían tendidos en el suelo en un estado de
descomposición avanzado, las granjas no tenían animales... Cuando
llegaron al hospital los medicos les recibieron con mucha alegría y
les indicaron que descargaran en el interior del almacén del
hospital las cajas y cajas de viales que contenían la valiosa vacuna
contra el Evo. -Muchas gracias a todos, ahora mismo empezaremos a
suministrárselo a toda la población, espero que la situación
mejore de aquí a unos meses, ya hemos sufrido demasiado- -Dijo un
médico- En el camino de vuelta vieron en el horizonte una lluvia de
cientos de pequeños paracaídas con víveres que habían sido
lanzados desde el avión de sus compañeros. Esta misión se repetirá durante los siguientes días en los que repartiran a todos los
hospitales de la ciudad la necesitada vacuna.
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