-Trae
contigo el fichero que encontraste en el monte Polibus, nos
reuniremos en una zona a las afueras de la ciudad, cuando estés
fuera te volveré a llamar, una cosa mas, no traigas a nadie contigo
ven tu solo... -Estas fueron sus ultimas palabras antes de colgar, al
parecer llevaba bastante tiempo vigilándonos porque lo de aquel
fichero solo lo sabíamos yo Guillermo y Daniel, no se lo habíamos
contado a nadie mas. Antes de dirigirme al lugar que habíamos
concertado me lleve conmigo la pistola reglamentaria que nos dieron
en el ejercito por mi seguridad. Al llegar al lugar tuve que bajarme
del coche y hacer el resto del camino a pie porque el terreno me
impedía avanzar en él. Al salir de la ciudad me volvió a llamar y
me dijo que buscara una pequeña cabaña en medio del descampado.
Caminé durante un buen rato y vi una estructura en medio de la nada, allí estaba. Mientras me acercaba a aquella cabaña que parecía no
haber estado habitada durante mucho tiempo mi preocupación
aumentaba, no sabía quién era ni porque me había traído hasta
aquí. Llamé a la puerta y esta se abrió lentamente, -¿Hola, hay
alguien ahí? -Pregunté- -Adelante -Contestó alguien- Al fondo de
la habitación y entre la penumbra que cubría toda la cabaña había
un hombre siniestro con la mirada perdida sentado en el sofá.
-¿Para que me has traído hasta aquí, qué quieres de mí?
-Pregunté exaltado- -En este vial esta la cura que contrarrestará
los efectos del M5-99, y te preguntarás ¿que se yo del M5-99? Pues
yo soy su creador. Sabía que si te pidiese los ficheros no me los
ibas a dar así que para llamar tu atención diseñe toda esta
estrategia, y ahora que lo he conseguido y te tengo aquí dámelos y
te daré la cura. -Dijo aquel hombre- -¿Has provocado una crisis
mundial solo por unos malditos ficheros, tan importantes son? Dame
ahora mismo ese vial y entrégate -Contesté muy enfadado- -Las cosas
no funcionan así amigo mio, en mis manos esta el destino de la
humanidad yo que tu tendría cuidado con lo que haces- -Contestó
entre carcajadas- Saqué los ficheros de mi mochila y los tiré al
suelo. -Ahora dame el vial maldito monstruo- -Contesté- -Sacó una
especie de lámpara que producía una luz violeta y apuntó a un
folio del fichero, de repente aparecieron una enorme cantidad de
símbolos que a simple vista no se podían observar. -La humanidad no
debe conocer esto, ¡Nunca! -Contestó- Levantó la sábana que
cubría el sofá y un reloj atado a una enorme cantidad de explosivos
surgieron de debajo. ¡Noooo! -¡Exclamé con todas mis fuerzas
mientras corría de aquel lugar!- A unos 500 metros de la cabaña una
fortísima explosión se escuchó a mis espaldas, miré detrás mía
y vi una enorme bola de fuego emerger de la cabaña. Mientras volvía
a la base Veretta estaba trastornado, no podía creer lo que había
pasado. Al llegar le conté todo a Guillermo y Daniel y decidimos no
decirle nada al capitán Allen y mantener en secreto lo de aquel
emplazamiento. Debemos volver a aquel lugar algún día, ese sitio
guarda secretos muy importantes -Dijo Guillermo-. En los siguientes
días salió en las noticias aquella explosión pero no encontraron
ninguna prueba ya que todo estaba pulverizado. -Todo lo que esta
pasando esta relacionado pero aún no sabemos por qué. -Dijo
Guillermo- Algo muy gordo hay detrás de todo esto y pienso averiguar
que es. -Contesté-
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