Capítulo II - Parte III

-Trae contigo el fichero que encontraste en el monte Polibus, nos reuniremos en una zona a las afueras de la ciudad, cuando estés fuera te volveré a llamar, una cosa mas, no traigas a nadie contigo ven tu solo... -Estas fueron sus ultimas palabras antes de colgar, al parecer llevaba bastante tiempo vigilándonos porque lo de aquel fichero solo lo sabíamos yo Guillermo y Daniel, no se lo habíamos contado a nadie mas. Antes de dirigirme al lugar que habíamos concertado me lleve conmigo la pistola reglamentaria que nos dieron en el ejercito por mi seguridad. Al llegar al lugar tuve que bajarme del coche y hacer el resto del camino a pie porque el terreno me impedía avanzar en él. Al salir de la ciudad me volvió a llamar y me dijo que buscara una pequeña cabaña en medio del descampado. Caminé durante un buen rato y vi una estructura en medio de la nada, allí estaba. Mientras me acercaba a aquella cabaña que parecía no haber estado habitada durante mucho tiempo mi preocupación aumentaba, no sabía quién era ni porque me había traído hasta aquí. Llamé a la puerta y esta se abrió lentamente, -¿Hola, hay alguien ahí? -Pregunté- -Adelante -Contestó alguien- Al fondo de la habitación y entre la penumbra que cubría toda la cabaña había un hombre siniestro con la mirada perdida sentado en el sofá. -¿Para que me has traído hasta aquí, qué quieres de mí? -Pregunté exaltado- -En este vial esta la cura que contrarrestará los efectos del M5-99, y te preguntarás ¿que se yo del M5-99? Pues yo soy su creador. Sabía que si te pidiese los ficheros no me los ibas a dar así que para llamar tu atención diseñe toda esta estrategia, y ahora que lo he conseguido y te tengo aquí dámelos y te daré la cura. -Dijo aquel hombre- -¿Has provocado una crisis mundial solo por unos malditos ficheros, tan importantes son? Dame ahora mismo ese vial y entrégate -Contesté muy enfadado- -Las cosas no funcionan así amigo mio, en mis manos esta el destino de la humanidad yo que tu tendría cuidado con lo que haces- -Contestó entre carcajadas- Saqué los ficheros de mi mochila y los tiré al suelo. -Ahora dame el vial maldito monstruo- -Contesté- -Sacó una especie de lámpara que producía una luz violeta y apuntó a un folio del fichero, de repente aparecieron una enorme cantidad de símbolos que a simple vista no se podían observar. -La humanidad no debe conocer esto, ¡Nunca! -Contestó- Levantó la sábana que cubría el sofá y un reloj atado a una enorme cantidad de explosivos surgieron de debajo. ¡Noooo! -¡Exclamé con todas mis fuerzas mientras corría de aquel lugar!- A unos 500 metros de la cabaña una fortísima explosión se escuchó a mis espaldas, miré detrás mía y vi una enorme bola de fuego emerger de la cabaña. Mientras volvía a la base Veretta estaba trastornado, no podía creer lo que había pasado. Al llegar le conté todo a Guillermo y Daniel y decidimos no decirle nada al capitán Allen y mantener en secreto lo de aquel emplazamiento. Debemos volver a aquel lugar algún día, ese sitio guarda secretos muy importantes -Dijo Guillermo-. En los siguientes días salió en las noticias aquella explosión pero no encontraron ninguna prueba ya que todo estaba pulverizado. -Todo lo que esta pasando esta relacionado pero aún no sabemos por qué. -Dijo Guillermo- Algo muy gordo hay detrás de todo esto y pienso averiguar que es. -Contesté-

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